divendres, 6 de novembre del 2015

La relatividad del tiempo / Ronda chilena



                                        

                                           Vuelvo a sentir tus manos en mis sienes
acariciando, sutil, mi pensamiento
dictando entre susurros  tanto verso
escrito, recitado , desmedido.
La noche se eterniza y tu recuerdo
cual daga de metal siempre acerado
se hunde en mis entrañas, me apuñala
con la ausencia del sueño compartido.
Mi hoy ya no es mi hoy, tal vez mañana
si muero recupere lo perdido,
pues vivo en el ayer, cuando vivía
contigo aquel momento que aún revivo.
No importa que en el mundo nadie entienda,
que incrédulos me observen los mortales,
ignoran nuestro amor y no imaginan
que los lazos que nos unen son eternos.
Ni la muerte que ahora nos separa
podrá vencer tan férrea resistencia,
pues al fin será ella quien me  lleve
y me acerque a las puertas de tu encuentro.
Espérame, mi amor, no defallezcas,
cada dia que estemos separados
será, al fin,  un dia menos que reste
para alcanzar la dicha prometida.


Guadalupe Vega.       Valparaiso, 1972

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